En los comienzos de la Guerra Civil española (1936-1939), el mítico fotorreportero Robert Capa —anónimo por aquel entonces— tomó la instantánea El miliciano muerto, uno de los iconos del siglo XX y símbolo de la tragedia en cualquier guerra. Según la versión oficial, esta fotografía captó por primera vez en la historia el preciso instante de la muerte en plena batalla. La sombra del iceberg es un largometraje documental de investigación que cuestiona, a través varias dudas razonables y razonadas, la veracidad de esta versión y plantea la posibilidad de que esta imagen fuera el resultado de una genial puesta en escena.
La historia oficial relata que el fotógrafo captó la instantánea en plena batalla el 5 de septiembre de 1936, cerca del pueblo de Cerro Murriano, a 12 kilómetros al norte de la ciudad andaluza de Córdoba. Los milicianos de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) lanzaron una ofensiva en dirección a Córdoba, durante cuya batalla, Robert Capa, junto a su ayudante Gerda Taro, captaron la impresionante imagen. El historiador Mario Brotons de Alcoy identificó al miliciano retratado por Capa con el alcoyano Federico Borrell.
Hugo Doménech y Raúl M. Riebenbauer ponen en duda esta versión oficial, incidiendo, mediante declaraciones de editores gráficos, estudios forenses y en crónicas periodísticas de la época, en una supuesta identificación errónea del retratado con Federico Borrell. También se pone en duda la autoría real de la foto que se adjudica a Gerda Taro en lugar de a Capa, e incluso que la imagen fuese en realidad un fotomontaje.
A pesar de todo, los directores dejan claro su defensa a ultranza de Capa y su increíble trabajo que le convirtieron en el fotógrafo de la guerra en el siglo XX. En sus propias palabras: “Se trata de una foto hecha en defensa de unos ideales justos, como era la causa de la República española”
Declaraciones muy acertadas cuando este tipo de documentales pueden ser aprovechados por la oleada de revisionistas que, a imagen y semejanza de sus pares neonazis, pretenden poner en duda la historia y atrocidades cometidas durante la Guerra Civil Española. A fin de cuentas, no importa cuál fuese la identidad real de aquel miliciano, sino que durante un levantamiento fascista contra la II República Española y la posterior dictadura franquista, murieron más de medio millón de españoles. Un desastre planificado y organizado por los padres de aquellos que, tanto años después, pretenden emponzoñar la historia levantando cortinas de humo y echando nuevas paladas de arena sobre las fosas comunes de los perdedores de la guerra.
na.
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