Cuando veo esta imagen de Alfred Stieglitz no puedo dejar de imaginar cómo sería vivir por el año 1890...en NYork.
Esta imagen, en concreto, me atrae porque cuando la contemplo me gustaría estar justo en ese momento de la historia. Oigo el sonido de la ciudad, sus carruajes, caballos. Siento el frío del momento y quiero ser por un instante el fotógrado Alfred Stieglitz, visionario de amplísimos horizontes, logros excepcionales y asombrosa entrega, que desplegó las múltiples aptitudes de un hombre del Renacimiento.
Con su esfuerzo, entrega y compromiso implantó la Photo-Secession en Estados Unidos a partir de un colectivo de fotógrafos estadounidenses que, tras emular en sus inicios los ideales pictorialistas europeos con cierto aire de inferioridad, no tardaron en desarrollar un lenguaje fotográfico propio y logró el reconocimiento de la fotografía como arte más que como una simple técnica imitativa. Stieglitz consiguió transformar la fotografía para siempre, su aceptación como una de las grandes formas artísticas del siglo XX. La revista Camera Work, bajo el control absoluto de Stieglitz, sería la voz de la PhotoSeccesion.
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